Tráfico de estupefacientes:
Contaminación de la carga.
Uno de los flagelos que ha afectado por más de 3 décadas al mundo, es el tráfico internacional de estupefacientes. Países productores Vs países consumidores han mantenido vigente este círculo vicioso que parece de nunca acabar. Colombia hace parte de la red internacional que intenta contrarrestar esta problemática a través de diversas acciones que incluyen sustitución y erradicación de cultivos, además de un control minucioso de las autoridades portuarias para evitar ingreso o salida de droga.
De acuerdo con datos de la ONU y Presidencia, Colombia en promedio tiene 234.000 hectáreas plantadas con coca y está produciendo más de 900 toneladas anuales de Cocaína. Bajo la lupa constante de Estados Unidos, su principal aliado en la lucha antidrogas, nuestro país intenta reducir las cifras en 20 departamentos que producen hoja de coca, materia prima del alucinógeno.
En esta cruzada, Colombia no está sola. Desde la década de los años 60 Estados unidos lidera una política de control antidrogas que cada gobierno ha continuado y fortalecido. Bajo la tutela de la Comisión Global de políticas de Drogas, 13 países de América Latina, Europa y USA abordan cada año el análisis de acciones, rutas y modalidades del tráfico de estupefacientes entre los continentes. Rutas marítimas, aéreas y terrestres son las más usadas por los traficantes para el transporte de este tipo de mercancía ilegal, que pone en alerta a las autoridades de cada país.
Alianza mundial Antidrogas
La cooperación internacional se enfoca en varios sentidos. El primero de ellos, relacionado con las fuerzas policiales, militares, entidades de control y aduaneras, quienes ejercen el primer anillo de seguridad frente al tráfico de estupefacientes en cada país. El segundo son los aeropuertos, terminales terrestres y puertos marítimos, que a su vez implementan estrictos protocolos de seguridad en los que revisan minuciosamente contenedores, mercancía y en general cualquier producto o pieza importada o exportada que pasen por sus instalaciones. Sin embargo, un sector de la cadena logística siente con rigor el flagelo de la contaminación de sus productos por el tráfico de estupefaciente; se trata del cliente. La seguridad y trazabilidad de su carga o lo comprometida y vulnerable que se encuentra durante todo el recorrido, ha sido crucial el hacerle frente. Por eso, herramientas y servicios tecnológicos de rastreo se han convertido en una excelente forma de mitigar la problemática.
Hoy en día, dispositivos estratégicamente conectados con las computadoras de los camiones, envían información en tiempo real al dueño de la mercancía. Apertura o cierre de las compuertas, aceleración, frenados, consumo de gasolina y hasta estado físico de lo conductores, son algunos de los datos que reciben al instante los dueños de la carga. Esto les ha permitido minimizar los riesgos por contaminación por narcóticos de la mercancía que les transportan. Por supuesto, las políticas de cada país están dispuestas para optimizar sus procesos frente a las nuevas modalidades de contaminación de la carga. Una buena inspección en la cadena de seguridad de la mercancía en los puertos, carreteras y aeropuertos, sumado al soporte brindado por sistemas de seguridad (SGS), permiten identificar riesgos, tomar acciones y mantener la confianza y tranquilidad entre los clientes mientras su valiosa carga está en tránsito. Información que abordaremos en un siguiente artículo.