A través del océano pacífico; la cocaína, uno de los estupefacientes más codiciados por los adictos en el mundo, encontró camino hacia el mediterráneo y Europa. En la última década; las mafias, establecieron rutas directas hacia el continente africano, al camuflar de las formas más variadas, el alcaloide en contenedores por vía marítima. Desde allí, la droga queda a un paso de países como España, Portugal e Italia y la puerta abierta de entrada a Europa.
De acuerdo con un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), mientras la demanda por la cocaína crece, al mismo tiempo autoridades de control de países de África oriental y meridional exceden sus capacidades.
Considerada como una excelente ruta de tránsito por los traficantes, el tráfico de cocaína aumentó entre América Latina y África. Así lo comentó Carolina Sampó, Coordinadora del centro de estudios sobre crimen organizado de Argentina. Agregó que lo peor de la situación es que debido a la presión de los grupos que exportan drogas, el continente africano se está convirtiendo en una región de consumo y tráfico.
El punto de embarque preferido es principalmente el puerto de Santos, Brasil y la forma, a través de contenedores o camuflados en compartimientos ocultos de barcos pesqueros. También vía aérea, trafican droga por medio de correos humanos o “mulas” desde aeropuertos internacionales de Brasil como el Sao Paulo Guarulhos. Los destinos de llegada son países costeros como Mozambique (puertos Pemba y Nacala), Sudáfrica (puerto Durban), Tanzania (Zanzibar) y en Kenia, el puerto de Mombasa. Desde esos puntos conectan con Europa o países centrales de África o Asia.
El informe de la UNODC, incluye información sobre el modus operandi. Los narcotraficantes encargados de la logística de recibir y exportar la droga son de origen Nigeriano y coordinan el 30% del total de Cocaína que circula en contenedores por los puertos africanos. Son ellos quienes mantienen interesados a la mafia latinoamericana, al asegurarles una ruta menos riesgosa y más rentable que otras.
Las escasas restricciones en el vasto territorio africano como en el desierto de Malí o las islas de guinea, han convertido esta región como propicia para el tráfico de diversos estupefacientes, entre ellos la cocaína.
Europa asediada
Para que las drogas lleguen al viejo continente es mucho más complicado. Autoridades portuarias y policiales en el mar, custodian el mediterráneo y sus principales puertos. Países como España y Portugal, los más afectados. Para evitarlos, los traficantes bordean Europa para ingresar por el mar del norte a los puertos de Amberes, Rotterdam y Hamburgo. Lo hacen a través de contenedores en los que camuflan la cocaína en piezas de repuesto para vehículos. Se estima que la venta al detal de Cocaína en Europa asciende a 11 mil millones de dólares por año, que a su vez responde a la demanda de los más de 3.5 millones de adictos a esta droga. El mercado se ha sofisticado tanto que existen aplicaciones ocultas o empresas de mensajería ficticias que se encargan de llevar a domicilio el estupefaciente.
De acuerdo con datos suministrados por la agencia de Cooperación Policial Europea Europol, Europa alcanzó limites escandalosos en incautaciones en el año 2021 con más de 240 toneladas decomisadas. Tan solo en los puertos de Amberes en Bélgica y Roterdam en Países bajos, el último semestre del 2022 se incautaron 162 toneladas del alcaloide.
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